miércoles, 25 de marzo de 2009

Disparando con rifles de a caballo




Disparando con las riendas en la mano derecha (con dedo fuera del gatillo hasta último instante)






Disparando con las riendas cruzadas sobre el cuello del caballo



NOTA: Este artículo fué publicado por Revista Magnum en el número 221 de Febrero 2008


Si bien el disparo con rifles de a caballo ha sido practicado por todas las caballerías del mundo, por los nativos, los colonos, pioneros, cazadores y jinetes de toda laya, (nosotros mismos lo hemos realizado por más de treinta años); en nuestra humilde opinión es un asunto de cuidado, porque requiere del uso de ambos brazos, y en el caso de los rifles de batalla o de caza mayor, hay otra consideración importante, ya que, además de su tamaño y peso, sus disparos llegan a tener un nivel de ruido de hasta 180 decibeles, lo cual los convierte en un asesino de oídos de los caballos.
Por eso, si bien se ha hecho y se hará, habría que olvidarse de disparar por deporte o diversión fusiles de caza mayor desde el caballo, salvo calibres “de pistola” como el 44-40, 38 Special, 45 Colt. y calibres pequeños como el .22 LR, .22 Mag, .22 Hornet., etc. Y creemos que el .357 Mag y el 44 Mag, aún disparados desde un rifle, deben evitarse desde el caballo por el ruido, salvo, lógicamente, durante una cacería, pero no los dispararemos por diversión.







Los calibres de rifle y fusil militar pueden recargarse con puntas de aleación de plomo con gas check y a velocidades preferentemente de hasta 1.600 pies / seg., teniendo un nivel de ruido relativamente bajo e imperceptible retroceso.
Cuando el jinete apunta con el rifle desde la montura, en un caballo brioso, nervioso, o que no conoce bien, debe tomar riendas y cabestro con los dedos mayor, anular y meñique de la mano derecha, dejando el índice libre para el gatillo y tomará el grip del rifle con la palma de la mano y dedo pulgar, mientras con la izquierda toma el rifle del guardamanos, y de esta manera llevará la culata al hombro.
Cualquier movimiento violento o abalanzada del caballo podrá tirar de las riendas moviéndo el brazo derecho, cuyo índice de mano derecha accionará el gatillo, con potenciales consecuencias desastrosas, por lo que el jinete cuidará de tomar las riendas “largas” y colocará el dedo en el gatillo sólo cuando esté listo para disparar.
Con caballos mansos y entrenados, la mejor solución para disparar es dejar las riendas colgadas sobre el cuello del animal,
pasadas tras el borrén de la montura o apretadas bajo los músculos aductores del muslo.
Para dejar las riendas sobre el cuello del animal o enganchadas tras el borren de la montura conviene que ambas riendas estén unidas entre sí, ya sea con un pasador como el de un cinturón,
o abrochadas o costuradas entre sí.
De esa manera, el jinete-tirador dispondrá de ambos brazos para manejar su rifle.
En una famosa escena del western True Grit John Wayne galopa con las riendas entre los dientes, un revólver en una mano y un rifle Winchester en la otra.
Nos preguntamos cuál puede ser la efectividad de los disparos realizados así y cual sería el valor de esa táctica de combate frente a hombres de a pie apostados con rifles.
Asimismo, si el caballo llegara a tropezar en una cueva o zanja, el tirón sobre las riendas arrancaría todos los dientes del jinete.
Tratándose de John Wayne, debemos ser tolerantes con esta escena, así como también con aquellas donde “pinta” a todo el mundo con la boca del cañón de su Winchester, dentro de habitaciones y salones, como si no se tratara de un arma letal.
Lejos de mi intención, sin embargo, está el criticar al inolvidable y gran actor, pero nunca se puede insistir demasiado en la prudencia y la seguridad en nuestro deporte y disciplina del tiro.
Volviendo al disparo con rifle de a caballo, el animal está pendiente del disparo y esta anticipación lo pone tenso y podemos esperar cualquier reacción de su parte.
Tampoco es posible apuntar con precisión desde un animal nervioso o agitado, cuya misma respiración impide el buen uso de las miras.
Si bien, por ejemplo, el Winchester y otros rifles a palanca en calibres como el 44-40 se han usado con éxito desde caballos a la carrera contra chanchos jabalíes, ciervos y guanacos, pumas, zorros y liebres, y nosotros también lo hemos hecho, debemos atestiguar que los disparos han sido hechos a corta distancia y de manera instintiva cuando el tirador juzga que las miras están sobre el blanco.
Uno aprende a disparar de esta manera y debemos decir también que la mayoría de los disparos son realizados hacia delante en un ángulo de menos de 90º y casi siempre a 35º y 45º respecto de las orejas del caballo, lo cual sin duda lastima sus oídos, por lo cual no debemos hacerlo, a menos que estuviéramos persiguiendo un puma asesino de potrillos.
Las caballerías de los ejércitos de muchos países han practicado el tiro con rifle de a caballo, y por ejemplo, la caballería americana de la segunda mitad del siglo XIX, equipaba a los soldados con un arnés especial de cuero que llevaban cruzando el pecho del cual pendía la carabina Springfield o Remington Rolling Block en el momento de entrar en combate.
Cuando dispraban sus carabinas dejaban las riendas, cosidas entre sí, sobre el cuello del caballo, lo cual liberaba ambos brazos para manejar el arma.
Luego del disparo, los arneses les permitían soltar la carabina monotiro, que quedaba colgando de este cinto de cuero, y así podían usar el sable o el revólver.
Si bien parece un método práctico, no creemos que sea agradable llevar una carabina colgada de esa manera cuando uno galopa en una batalla sobre terreno desparejo con su caballo saltando y corriendo enloquecido, porque la carabina saltará y nos golpeará con violencia la espalda y la cabeza, aunque no podemos asegurarlo porque nunca lo hemos experimentado.
De todas maneras, la guerra es la guerra y no se nos ocurre otro sistema para usar esa carabina monotiro en una batalla.


Anécdota:

En una ocasión recorríamos un cuadro con nuestro caballo Capitanejo, que desde potrillo fue siempre muy nervioso e histérico cuando se trata de armas y nunca pudimos lograr que acepte el ruido de los disparos.
Así, cabalgamos hasta el borde de un cañadón estrecho y profundo, con pendientes laterales de 45º donde hay a la orilla del arroyito que corre en su fondo, sobre el faldeo opuesto, un chenque, cueva amplia y de unos pocos metros de profundidad, donde se suelen guarecer en invierno ciervos machos jóvenes, cueva que siempre suele estar tapizada en su entrada con bosta de ciervos.
Esa mañana estaba neviscando con viento y al asomarnos al cañadón, sorprendimos a un ciervo macho de los denominados “asesinos“ por la forma de sus astas sin candiles, que al pelear, usa como sables para matar a sus oponentes.
El ciervo nos vió y comenzó a subir el faldeo del lado opuesto a donde nosotros estábamos, lo cual nos ofrecería una excelente oportunidad de dispararle, eliminar este mal reproductor destructor de la genética de los rebaños en el área y además, nos proveería de carne de ciervo para las milanesas que comeríamos con los paisanos y los amigos ese invierno (Ahora contamos con el Libro de recetas de Fulvio Razza, a quién debemos un ciervo para la cocina)
Sabiendo que el Capitanejo no nos permitiría disparar de a caballo, y dándonos cuenta de que los fuertes golpes de viento harían necesario apoyar el rifle de alguna manera, nos bajamos del caballo.
Pasando por delante del Capitanejo sacamos el rifle de la funda, que llevamos del lado del lazo (lado derecho) con la culata hacia delante y el cañón apuntando hacia atrás y hacia abajo, en la posición que los norteamericanos denominarían “nor- este“.
Llevábamos nuestro Browning BLR a palanca calibre .308W.
Ya al sacar el rifle, el Capitanejo se puso nervioso y empezó a tironear del cabestro con fuerza.
El ciervo, a todo esto, estaba ya a nuestra altura en el faldeo opuesto a unos ciento veinte metros de distancia del otro lado del estrecho Cañadón del “Agua Acida“.
Pusimos rodilla en tierra y sosteniendo el cabestro y rifle en la mano izquierda, nos dispusimos a apuntar y disparar, entre los golpes de viento y tirones del caballo.
Finalmente terminamos de jalar del gatillo al mismo tiempo que el caballo se sentaba hacia atrás y pegaba media vuelta.
Cómo supo el Capitanejo que el tiro estaba por salir nunca lo sabremos, pero no hay duda de que presintió el estampido.
El disparo había fallado, y por mucho, pero esto no era lo que nos importaba, sino que lo que ocupaba nuestra mente en este momento era que estábamos cayendo por el faldeo del abrupto cañadón, el Capitanejo huía a todo galope por el borde del mismo, y el rifle había volado y caído entre unos montes, mientras el ciervo llegaba al filo y cruzaba la meseta rumbo al siguiente cañadón.
Esa mañana caminamos seis kilómetros hasta arrinconar al Capitanejo contra un esquinero de alambrado, donde lo pudimos montar luego de mirar con detenimiento sus cuartos traseros y evaluar seriamente su potencial para milanesas.
Lección: No se debe disparar al lado de caballos nerviosos ni tampoco montándolos, y si es posible o hay tiempo hay que atarlos o darle el cabestro a un compañero, si lo hay.



Transportando el rifle cuando cabalgamos







En el campo argentino, la manera más común en que los jinetes
transportan el rifle es cruzado por delante, apoyado sobre las piernas o la parte delantera de la montura o recado.
Así, durante años hemos cabalgado al lado de paisanos que llevaban sus rifles de esta manera, muchas veces con la boca del cañón apuntando en nuestra dirección y Dios sabe que algunos de esos paisanos ni siquiera ponían el seguro.
El hecho de que no haya accidentes es algo que siempre nos ha admirado.
En nuestro caso, preferimos siempre cabalgar del lado de la culata y no de la boca del cañón del rifle de nuestro compañero.
El problema es cuando los jinetes son muchos, como en las grandes estancias y la cuadrilla de campo parece una patrulla de Pancho Villa.










Cuando guiamos cazadores, muchas veces hemos ofrecido llevar el pesado rifle del cazador en bandolera con su correa y esto es algo que muele la espalda del jinete en los campos de cordillera.
Es por eso que hemos fabricado fundas de suela London en las cuales transportar los rifles de caza mayor.
Estas fundas penden sujetadas a la montura mediante dos correas de cuero cuyo largo se regula para que la culata del rifle quede más alta que la boca del cañon, de manera que ésta apunte al piso.
Según el lado y la posición en que se ubique la funda se dice que el rifle se lleva en la posición nor-oeste, nor-este o sur-este.




Nor-oeste es la posición en la cual la funda se cuelga del lado de montar (izquierda) de manera tal que la culata quede hacia delante al alcance de la mano y la boca del cañón apunte hacia abajo y hacia atrás del caballo.
En esta posición si uno se baja del caballo apurado para hacer un disparo tendrá el rifle a su alcance enseguida.






Nor-este es la posición equivalente pero del lado del lazo (derecha), y es la que preferimos, ya que el rifle no molesta al subir o bajar del caballo.
Su defecto es que cuando nos bajamos del caballo para disparar tenemos que dar la vuelta por delante del caballo para alcanzar el rifle, ya que está del lado derecho.






Y por último esta la posición sur-este, es decir del lado del lazo
(derecho) pero con la culata hacia atrás y hacia arriba al alcance de la mano y la boca del cañón apuntando hacia abajo y hacia delante.
La ventaja de esta posición es que al bajarse del caballo el jinete puede sacar el rifle de la funda tirándo de la culata hacia atrás y cuando apoya su pie derecho en el piso (el izquierdo estará en el estribo) tendrá el rifle en su mano derecha.
Su desventaja es que si el caballo salta un obstáculo o sale al galope con violencia, el rifle puede salirse de la funda hacia atrás por la inercia o también puede salirse al subir una faldeo empinado y otra desventaja es que los rifles largos en esta posición suelen “clavarse” en el codillo del animal al bajar una cuesta empinada.
Todo rifle largo con mira telescópica deberá ponerse en la funda o sacarse de la funda con las dos manos, nunca debe sacarse de la funda cuando estamos sentados en la montura y sólo se pueden transportar en caballos mansos y acostumbrados.
Siempre que colocamos o extraemos un rifle de la funda en la montura debemos sostener el cabestro en nuestra mano o que alguien lo sostenga con firmeza y atención.
En cuánto a la posición sur-oeste, es decir del lado de montar (izquierdo) y con la culata hacia atrás, no hemos visto a nadie usarla, y en nuestra opinión, en esta posición, el pie del jinete se puede enganchar en la culata del rifle al bajarnos del caballo.

ANÉCDOTA:
Hace años, cuando éramos más jóvenes e indómitos
acostumbrábamos sacar nuestro Winchester Modelo 1892 en calibre 44-40 de su funda en posición nor-este mientras galopábamos y lo hacíamos tirándo de la culata hacia delante paralelamente al cogote del caballo y cuando el arma terminaba de salir lo hacíamos girar en nuestra mano para que el cañón apuntara hacia delante y disparábamos de a caballo a liebres, conejos o avutardas, zorros, choikes o guanacos.
En una ocasión lo hicimos en el Cimarrón, un zaino en el que nunca lo habíamos hecho antes.
Cuando vió o sintió la culata del rifle cerca de su cogote se asustó, quiso mirarlo mejor y torció el cogote hacia la derecha.
Entonces su cogote chocó con la culata y el Cimarrón se acosquilló con el rifle a medio salir.
Se abalanzó hacia la izquierda y comenzó a girar como trompo sacándole el cuerpo al rifle.
Finalmente el rifle salió de la funda disparado como una lanza y cayó en el suelo entre unas piedras, salvándose de daños graves.
Entonces el Cimarrón se arrastró a corcovear.
Los caballos que se asustan de algo que los toca o que ven en la zona de sus paletas y cuello se abalanzan, se “cuelgan” y giran como trompo, sacándole el cuerpo a lo que los asusta, pero si algo los asusta o los acosquilla por detrás, entonces corcovean.
La lección que aprendí es siempre enseñar a los caballos de a poco hasta que pierdan el miedo a las acciones humanas.
Se debe enseñar a los caballos permitiéndo que vean el rifle, lo olfatéen y luego parados al lado del animal, introducir un rifle corto en la funda de tal manera que el animal lo sienta contra su costado, cuando el rifle entra en la funda y luego al sacarlo.
Una vez que se haya acostumbrado se puede intentar de a caballo, pero siempre con rifles cortos y descargados.
El peor error que se puede cometer es pretender introducir un rifle largo y que se asuste el caballo, ya que el rifle caerá al piso o, si se lo ha introducido un poco en la funda, el animal puede empezar a dar vueltas hasta lanzar el rifle o golpear a alguien.


Los cazadores y sus rifles


En nuestra humilde opinión, el guía o outfitter de caza mayor jamás debe permitir a los cazadores llevar sus rifles con cartucho en la recámara cuando cabalgan, no importa que experimentados sean y cuantos trofeos record tengan, cuántas campañas en Africa o cuántas membrecías de honor en Capítulos del Safari Club Internacional.
El argumento de los cazadores de que accionar el cerrojo frente a la presa causa ruido me hace reír, especialmente dada la distancia de hasta 200 mts. que puede separarlos de la presa (el apostadero de noche en las aguadas es cosa diferente).
Además…¿no se puede accionar un cerrojo sin violencia y ruido?
Lo que sí he visto muchas veces es que incluso grandes cazadores se olvidan de accionar el cerrojo, cuando yo les he hecho transportar el rifle sin cartucho en la recámara.
La excusa de estos señores es la fiebre que los posee a la vista de la presa.
Yo nunca he sufrido esa fiebre que los americanos llaman “buck fever”.
La vanidad humana no tiene límites y hemos encontrado en años de guiar cazadores que muchos saben mucho de ciervos y de trofeos pero muy pocos podrían siquiera acercarse a un ciervo si estuvieran solos.
En la montaña, toda clase de accidentes y caídas pueden ocurrir y de hecho ocurren porque los cazadores vienen preparados para cazar a pie y no a caballo.
El mismo Bob Milek, ya fallecido, admirado autor de la revista Guns&Ammo y Petersen´s Hunting quedó colgado del estribo al bajarse del caballo ensillado con un recado de bastos criollo en una estancia en Bariloche, y cayó al piso con el pie aún trabado en el estribo.
Llevaba el rifle a la espalda y se salvó de milagro de que el caballo no se asustara y lo arrastrara.
El estribo que usan los paisanos es de fierro y muy pequeño, mientras que los estribos en la montura americana son muy grandes y seguros.
Bob Milek se incorporó y derribó su ciervo colorado.
Cabe mencionar que Bob Milek fue jinete de rodeo en Wyoming pero aún así fue al piso en Argentina por no usar el equipo adecuado o que él dominara y conociera.
En nuestro caso hemos tenido nuestros episodios felizmente sin consecuencias con cazadores que traen borceguíes de suela de taco que siempre son un peligro al cabalgar.
Esta gente viene preparada para cazar a pie pero cuando llegan quieren cazar de a caballo, haciéndo la vida difícil a quienes estamos o hemos estado en este negocio.
En el año 1987, durante una cacería en Las Breñas, sobre el río Aluminé, subíamos a caballo por el filo del Cañadón de La Cachaña, yo en punta, montando mi Cachafaz, el cazador austríaco Karl Helmut montándo la yegua Pompón y más atrás uno de mis guías, Angel Detona, montando una yegua alazana, más atrás aún otro cazador austríaco y al final, un paisano ayudante cerrando la fila.
Un filo estrecho de roca viva por donde corre una picada separa el Cañadón de La Cachaña del Cañadón Loncó, y este filo tiene una pendiente considerable.
Karl Helmut cargaba una mochila y su rifle a la espalda.
En el repecho parado, el peso de la carga lo inclinó hacia atrás, y Karl, inexperto, se cargó en las riendas para evitar caer.
Pompon, la yegua, blanda de boca, se vino de espaldas y Karl hubiera caído, a su vez, de espaldas sobre la roca viva posiblemente matándose, de no haber sido por Angel Detona, quien reaccionando con celeridad se arrojó de su yegua y “esperó” a Karl, abrazándolo en su caída, haciéndolo aterrizar suavemente sobre su mochila y salvándo el rifle de un golpe en la mira telescópica.
Se puede decir que Angel salvó a Helmut, a la cacería y la reputación nuestra como Outfitter, porque un accidente con un cazador no se perdona en el ambiente, pero muchas veces los cazadores cometen imprudencias y en la montaña, esto se paga.
En este caso, por suerte, los borceguíes de Karl no se trabaron en los estribos, porque otra hubiera sido la historia en ese caso.
En mi experiencia con cazadores españoles, austríacos y alemanes, estos carecen absolutamente de experiencia de cazar a caballo, aunque algunos me han mostrado fotos de cacería a caballo en Kazshaztan y otros lugares similares.


Cowboy Mounted Shooting



En los Estados Unidos se practica el deporte del tiro de a caballo con arma de puño y con rifles sobre globos inflados colocados sobre una hilera de postes enterrados en una pista o picadero.
Los jinetes, para el disparo con rifles, llevan las riendas cruzadas sobre el cuello del animal, lo cual libera ambos brazos para el manejo del rifle.
Esto no representa un problema, ya que los caballos conocen el recorrido recto a lo largo de la hilera de postes y no se desvían.
La Asociación que agrupa a estos deportistas es la CMSA (Cowboy Mounted Shooting Association).
http://www.cowboymountedshooting.com/
Los jinetes pasan al galope a lo largo de estos postes y van disparando sobre los globos con cartuchos de salva, munición homologada y certificada de fabricantes aprobados por la Asociación.
Se computa tanto los blancos destruídos como el tiempo que tarda el competidor en hacer el recorrido.
En este deporte la seguridad es un factor primordial, por lo que sólo se permite munición homologada y certificada y los cursos o pistas de tiro también lo son.
Como relaté en otra nota, escribí al Presidente de la Asociación que agrupa a quienes practican este deporte en USA con el fin de pedirles una receta para recargar mis propios cartuchos, ya que aquí no se comercializa la munición, y obtuve como respuesta una lista de los fabricantes de munición aprobada y legal.
La respuesta de esta gente fue muy elocuente.
Este deporte es muy interesante y combina la equitación con el tiro y la competencia.
No se puede pedir una mejor combinación.
Donde hay caballos y tiro deportivo no hay drogas.
¡Es preferible un trasero paspado o un porrazo que un nariguetazo y una nariz de platino!
¡Recordemos eso y eduquemos a nuestros representantes en el Congreso!
¡Hasta la próxima!
Mis BLOGS:
http://lasarmasdelalibertad.blogspot.com/

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Revólveres, pistolas, y el caballo





NOTA: Este artículo fué publicado por Revista Magnum en el número 230 de Noviembre 2008



El revólver y la pistola automática, al igual que la carabina de caballería y el rifle, así como el cuchillo, están inextricablemente relacionados con la equitación práctica en lugares inhóspitos y no sólo son atributo del Arma de Caballería de los Ejércitos.
Colonos de diferentes lugares del mundo en la era de las armas de fuego dependieron de ellas y del caballo para sobrevivir, enfrentar a sus enemigos y cazar.
El revólver o pistola ha acompañado al jinete en una funda en su cintura por siglos y lo sigue haciendo.
También el arma de puño ha sido transportada en la cintura, apretada por el pantalón y una faja o cinto y en muchos casos en fundas que colgaban de la montura.
Habrá quien se pregunte la razón de llevar un arma cuando se cabalga.
Quién se haga esa pregunta quizás jamás ha cabalgado en zonas inhóspitas y salvajes, donde hay fieras, perros salvajes y alimañas y también animales de caza que pueden ayudar cuando faltan los alimentos en una expedición, y entonces no ha experimentado la sensación de seguridad que brinda el saber que uno dispone de la herramienta de su salvación y la de sus acompañantes.
También el arma es un factor disuasor de ataques de cuatreros y bandas criminales, cada vez más numerosas en Patagonia debido a las leyes que virtualmente despenalizan estos delitos, y portar un arma puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, en un lugar y circunstancia donde no hay policía ni nadie que pueda ayudar y así como en los barrios hay criminales que matan a un hombre humilde por las monedas que pueda llevar en el bolsillo, en los campos hay cuatreros y furtivos que pueden matar si son descubiertos por el dueño de los animales.
Estos cuatreros tienen siempre una conección en el pueblo para colocar la carne y un contacto político a través de un puntero o un diputado o concejal para la necesaria impunidad.
En Neuquén el cuatrerismo aumentó desde que los legisladores de Lista Sabana hicieron EXCARCELABLE el robo de hasta cinco vacas, efectivamente despenalizando el delito.
El arma al cinto da confianza y seguridad a quien la lleva y también a aquellos que se sienten protegidos por el guía armado de una expedición.
En nuestro caso, hemos salvado nuestra vida y la de otros y disuadido de ataques a delincuentes en varias ocasiones y conocemos gente que se ha salvado del ataque de “cazadores” furtivos y cuatreros en las travesías y cerca de las fronteras del país, gracias a que estaban armados.
Todo productor agropecuario y criancero en Patagonia tiene argumentos y justificación para poseer y portar armas de defensa (justificación y argumentos que no necesita ya que se trata de un derecho natural) y de hecho todo el mundo en el campo y en el pueblo posee viejas armas sin registrar, y se podrían llenar muchos volúmenes con los casos en que el campesino armado en la soledad de su rancho perdido en la desolada inmensidad ha hecho frente con éxito a ladrones, degenerados, cuatreros y asesinos en fuga o recién liberados por el desastroso e inmoral sistema legal.










Armas y calibres para disparar a caballo










Las armas más recomendables en calibre .22 son revólveres de 6, 8 y 10 tiros, con un largo de cañón de 4“ (4 pulgadas), el cual es cómodo para llevar al cinto y fácil de apuntar a caballo por el corto radio de miras.
Debemos aclarar aquí a los que deseen iniciarse en el disparo de a caballo que el revólver se empuña siempre con una mano, mientras la otra sostiene las riendas.
Jamás se usan las dos manos para empuñar un revólver o pistola a caballo, por lo que el peso y tamaño del arma debe estar en relación al tamaño y fuerza del brazo y la mano del jinete, que deberá mantener un completo dominio de su arma incluso si su caballo corcovea o se encabrita.
Según la estatura del jinete revólveres de un largo de cañón de 6” y 8” son apropiados también, aunque más pesados y molestos y su cañón chocará con la montura al montar y al sentarnos y también costará más desenfundarlos ya que parece que nunca terminan de salir de la funda.
El calibre ideal para comenzar a disparar de a caballo es el .22, ya que la intensidad de su estampido no pasa los 106 decibeles, y es tolerable para el jinete y para el caballo.
El calibre .22 es apropiado para cazar liebres, conejos, avutardas y aves como codornices y también servirá para matar un zorro, en aquellos casos en que hay que hacer control de su número, ya que los zorros matan a los corderos en las explotaciones laneras y también diezman a las poblaciones de animales silvestres.
En una ocasión una pistola Tala calibre .22 nos sirvió a un amigo y a mí para saciar el hambre al proveernos con avutardas en la zona de la frontera con Chile en Paso de los Chilenos, cuando volvíamos de una expedición a caballo en la cordillera para recuperar vacas robadas a unos crianceros amigos por cuatreros de ese país, hecho que ocurre todos los años a lo largo de toda la frontera.
Allí nos enteramos que los Carabineros habían secuestrado y sacrificado varias de esas vacas, como precaución contra la Aftosa.(Neuquén tiene Status de Zona Libre de Aftosa sin Vacunación pero eso no les importa a las autoridades chilenas y tienen razón)
En esa ocasión habíamos dejado nuestros Winchesters enterrados para no pasar con ellos a Chile, pero la pistola…fue con nosotros.
En lugares donde los pumas se vuelven demasiado atrevidos para el bienestar y la tranquilidad de los humanos, además de que matan los caballos, ovejas, perros y gatos de las estancias, un tiro de .22 en la zona de las costillas hará el trabajo, y de hecho, nuestros vecinos crianceros matan los pumas que se acercan a sus piños en las noches de luna con un rifle o pistola .22.
En la cordillera, siempre tenemos una mula con las tropillas de yeguas, porque las mulas enfrentan y llegan a matar a los pumas, a patadas, mordiscos y manotadas.
Pero volviendo al disparo de a caballo, creo que la ventaja principal del calibre .22 es la baja intensidad del sonido, lo cual ayuda a conservar la audición, y también ayuda a que el caballo no le tome miedo al disparo, encabritándose cuando uno va a disparar desde la montura.
Las pistolas .22 son adecuadas pero el revólver doble acción es mas seguro, ya que el jinete no tiene que accionar correderas ni quitar el seguro antes de disparar ni colocarlo luego de disparar, y además los gatillos de las pistolas semiautomáticas son demasiado sensibles (3 o 4 libras de tensión contra 9 a 12 de los revólveres doble acción) y no servirían para empuñárlas al galope con el dedo índice sobre el gatillo, como en el deporte del Cowboy Mounted Shooting, además de que el pesado mecanismo de doble acción del revólver ayuda a “apuntar” el arma, alineándola sin realmente usar las miras.
Para disparar los revólveres simple acción, hay que montar con el dedo pulgar el martillo del revolver y cuando uno monta un caballo nervioso esto puede ser inseguro aunque con práctica se puede hacer, pero desmontar el martillo sí es peligroso, y siempre debe hacerse preferentemente con el cañón del arma apuntando al cielo y sólo en último caso, al suelo.
En invierno, con la mano entumecida por el frío, desmontar o bajar con el pulgar el martillo de un revólver simple acción cuando uno monta a caballo será un asunto de mucha atención.
Las pistolas automáticas calibre .22 sin martillo externo hay que llevarlas con el cartucho en la recámara y con el seguro colocado,
y las pistolas simple acción .45 Colt y similares deben llevarse en Condición Uno, es decir, con proyectil en recámara, martillo montado y seguro colocado (cocked and locked), única manera segura y práctica de portar la pistola .45 Colt a caballo, ya que en Condición Dos es peligrosa y en Condición Tres no sirve para nada salvo como adorno.
La portación en Condición Uno, sin embargo, no es segura para personas sin experiencia, y en invierno, con las manos frías, sí será peligrosa, ya que los seguros son fáciles de accionar y quitar inadvertidamente y los gatillos son muy sensibles, y recordemos que el jinete manejará su arma forzosamente con una mano.
Llevar la pistola con cartucho en la recámara y el martillo bajo (Condición Dos) es peligroso ya que un golpe del estribo sobre el martillo del arma al arreglar la montura (o de cualquier otra cosa que golpée al martillo) podrá hacer que éste impacte el percutor provocando a su vez que éste imprima el fulminante causando el disparo estando la pistola en la funda y también esto ocurrirá si la pistola cae al piso.
Esto ocurre también en los revólveres Colt Single Action y réplicas como el Sauer&Sohn Single Action, por lo que en estas armas se acostumbra bajar el martillo sobre una recámara vacía, cargando sólo cinco recámaras en el cilindro.
Las réplicas marca Ruger, como el Ruger Super Single Six, el Vaquero o el Superblackhawk traen incorporado un sistema que impide que el martillo golpée al percutor montado en el armazón del revólver a menos que se presione el gatillo, cuyo mecanismo eleva una barra de transferencia que posibilita que el impacto del martillo se transmita al percutor y así éste impacte al fulminante.
Las armas modernas tienen éste y otros tipos de bloqueos mecánicos siendo entonces seguro llevarlas en Condición Dos.
Por otra parte, una pistola automática simple acción con los cartuchos en el cargador y sin cartucho en la recámara (Condición Tres) no tendrá utilidad en una emergencia cuando uno está montando un caballo y “cargar“ la pistola requerirá el uso de las dos manos para accionar la corredera con mano izquierda mientras se sostiene la pistola con la derecha, todo lo cual es peligroso de a caballo mientras se sostienen las riendas, ya que el caballo puede tironear causando un accidente.
Una descarga accidental puede suceder porque para cargar el arma habrá que accionar la corredera con la mano izquierda mientras ésta también sostiene las riendas o habrá que dejar las riendas y cabestro apretadas debajo de los músculos aductores de una pierna, lo cual por experiencia decimos que no se debe hacer ya que es en esas ocasiones cuando el caballo aprovecha para asustarse de cualquier cosa.
Se puede hacer, y lo hemos hecho, pero en caballos nerviosos puede ser peligroso y también cuando hay otros jinetes cerca de uno y a nosotros nunca nos ha gustado que alguien manipule el mecanismo de su arma mientras el cañón apunta en nuestra dirección, independientemente de la confianza que uno tenga en la persona que manipula el arma.
Consideramos por todo esto que en materia de pistolas semiautomáticas una de las más seguras y prácticas para el jinete son las pistolas Doble Acción con decocker , aunque sentimos un escalofrío cada vez que accionamos este mecanismo para bajar el martillo y consideramos, que si se usa, debe apuntarse el arma en una dirección absolutamente segura.
Hemos visto gente que acciona el decocker con la boca del cañon del arma apuntando en dirección a las piernas de otros tiradores, creyendo al mecanismo infalible, cuando la misma Fábrica Walther incluía una ADVERTENCIA por escrito junto con el arma respecto al DECOCKER.
Definitivamente, la pistola semiautomática más segura para el jinete-tirador es la Doble Acción Solamente (Double Action Only), cuyo mecanismo de doble acción, similar a un revólver, es casi a prueba de descargas accidentales.





En cuánto a los calibres de utilidad para el jinete recreacional, esto dependerá de la región y características de la expedición, ya que no es lo mismo cabalgar en Alaska o Montana, en zonas donde hay osos que hacerlo en Patagonia, donde no hay fauna peligrosa, salvo perros cimarrones, alguna vaca cimarrona y algún puma viejo y cebado.
Los jabalíes sólo son peligrosos si uno los persigue y los arrincona o los alcanza con el caballo, y desde ya, por supuesto, si el jinete se baja del caballo cuando el jabalí pelea con los perros.
Por lo tanto, en nuestra humilde opinión, en Patagonia y la República Argentina en general, los calibres en orden de practicidad y utilidad para el jinete recreacional son el .22, el .32, el .38 Special , el 357 Magnum (recargado a menor presión o con munición 38 Special) y luego el 44 Special, 45 Colt, .45 ACP y .357 Magnum y 44 Magnum, aclarando que estos dos últimos son demasiado ruidosos y potentes en sus versiones FACTORY.
El .32 es práctico para defensa en el campo y caza menor, aunque desde ya, no tiene gran poder de detención, pero tiene escaso ruido y hay buenos revólveres en este calibre.
Recordemos que en Argentina la consideración principal en la elección de un calibre para jinetes recreacionales es su aptitud para caza menor y disuasión del delito menor.
Tal vez el mejor calibre sea el .38 Special, por su bajo ruido, de hasta 110 decibeles, su eficacia para cazar presas menores y conveniencia para la defensa personal (no hablamos aquí del combate contra bandas de narcotraficantes, sino de disuasión del delito o agresión, para la cual generalmente basta con empuñar el arma sin disparar)
De todas maneras, la mejor defensa siempre será la prudencia, mesura, paciencia y un buen planteo táctico y plan de defensa del campamento, así como coordinación de la acción de defensa por parte de los miembros de la expedición, así como dejar que se enteren en la zona que el grupo porta varias armas.
El .357 Mágnum, con 135 decibeles de intensidad sonora y una velocidad de unos 1.245 pies/seg., disparando balas desde 125 a 158 grains, es insoportable para el jinete normal y para el caballo, que pronto resentirá los disparos y sacudirá su cabeza en anticipación y rechazo.
El 44 Special es un cartucho poco potente (760 pies por segundo), pero tiene un proyectil grueso y pesado (250 grains), que es ideal para cazar pequeños animales y para defensa a corta distancia contra perros, pumas y delincuentes.
Su nivel de ruido alcanza los 110 decibeles, pudiéndo considerárselo relativamente bajo.
El 44 Magnum, dispara balas de 245 a 300 grains, a velocidades desde 1000 a 1500 pies/seg. y es un calibre que no sólo tiene un retroceso demasiado violento (en sus versiones factory más potentes) para que el común de la gente lo dispare con comodidad desde un revólver doble o simple acción de a caballo y con una sola mano, sino que tiene un nivel de ruido de hasta 145 decibeles y este nivel pronto destruirá la audición de jinete y caballo al arrancar los filamentos nerviosos de la cóclea en el oído interno, afectará el sistema nervioso y hará que el caballo no sólo sacuda la cabeza sino que se vuelva loco al pretender disparar.
El jinete que dispare un .44 Magnum sin protección repetidas veces, encontrará que en una reunión social donde hay muchas personas hablando y también música, no podrá entender lo que le dicen por el ruido de fondo, y porque no distinguirá las consonantes.
Si bien se puede usar protección en los oídos al disparar de a caballo.. ¿que protección le pondremos al animal?
En nuestra opinión, disparar un Magnum de a caballo repetidas veces por diversión o práctica sería una injusticia y una crueldad con el animal, aunque hay quien lo hace y argumenta que el caballo se acostumbra, y es posible que algunos animales sean resistentes al ruido, pero en nuestra experiencia, hasta ahora, eso no ha ocurrido.
No criticamos a quienes lo hacen, pero nosotros no lo hacemos.
El .45 Colt es un gran calibre que tiene un pesado plomo y baja velocidad (860 pies/seg) y un nivel sonoro de hasta 125 decibeles en sus versiones standard de fábrica.
Si bien se lo puede disparar desde el caballo con poco riesgo de daño auditivo si se lo dispara pocas veces, si se lo usa continuamente resentirá el caballo y perjudicará al jinete también ya que el daño auditivo es acumulativo y también irreversible.
El calibre .45 ACP, que es el que dispara la pistola .45 Colt y otras como también algunos revólveres, es bueno para disparar de a caballo, con un plomo pesado y grande (230 grains), y una velocidad de unos 850 a 950 pies por segundo.
Es bueno para cazar animales menores, bueno para defensa y su nivel de ruido es de 125 decibeles, aunque parece de menor ruido al dispararlo y con pólvoras rápidas como la BULLSEYE (4 a 5 grains), produce un estampido seco muy soportable, aunque esta es una apreciación subjetiva.
ACLARACION:
Aclaramos otra vez que comentamos estos calibres y su utilidad desde el punto de vista del jinete recreacional que considera llevar un arma para defensa y caza menor y esta nota no está dedicada a tiradores y recargadores
experimentados y cazadores de arma corta .
Probablemente el .45 Colt recargado (a 1000 pies / seg) o un .44 Magnum recargado a menor potencia (1000 pies/ segundo), ambos con puntas SWC de 260 a 300 grains representen la mejor combinación de calibre y velocidad para el jinete cazador.
Estos dos últimos calibres y el 357 Magnum recargado a 1000 pies por segundo y con puntas SWC de 180 o 200 grains permitirán matar con un tiro en la frente una vaca cimarrona o toro que nos ataca en las picadas de caña y ñiranto, y nos darán penetración completa en un ciervo colorado “asesino“ (ciervo de descarte por tener astas como sables o lanzas), un jabalí, un caballo en el caso de ser arrastrados (la pesadilla del jinete) y servirán para defensa y para cazar animales pequeños.
En estos calibres un revólver simple acción como el Ruger Vaquero o un doble acción como el S&W Modelo 27 en 357 Mag. y el S&W Mod. 29 o 629 en 44 Mag., estos dos últimos con cañones de 4”, serán ideales y preferimos los revólveres que no tienen el contrapeso debajo del cañón hasta su boca, sino aquellos que lo tienen hasta la mitad y que sirve solamente como alojamiento del eje del eyector de vainas.
En el caso del calibre 38 Special (y 357 Magnum), preferimos los modelos de armazón K (mediano) como el S&W Mod. 66 y 19 (que son en realidad revólveres calibre 357 Mag. en los que se puede disparar el 38 Special), el modelo K-38 Masterpiece y en el caso del calibre .22 el Modelo K-22 Masterpiece.
El revólver S&W modelo 686, calibre 357 Magnum, de armazón L, intermedio entre el K (mediano) y el N (armazón grande), nos parece muy pesado para el calibre y el peso es una consideración principal a caballo.
Los jinetes recreacionales de manos pequeñas harán bien en llevar los modelos de armazón K en calibres .22, .32, y 38 Special, ya que difícilmente necesitarán más potencia o velocidad.



Cazando jabalíes a caballo


Quienes intenten cazar jabalíes deberán llevar un revólver calibre 44 Special moderno recargado con puntas SWC de hasta 300 grains a 900 pies por segundo, o un revólver 44 Magnum recargando las vainas con puntas SWC de hasta 300 grains a una velocidad de hasta 1000 pies por segundo, un revólver 357 Magnum usando recargas con puntas SWC extra pesadas de 180 a 200 grains a 1000 pies por segundo (dependiendo del revólver 357 Mag. el largo de su cañon y de sus miras, este peso de puntas podrá en algunos casos agrupar alto), un revólver 45 Colt moderno tanto con munición Factory como recargada con puntas de 250 a 300 grains a una velocidad de 900 a 1000 pies por segundo o un revólver 44 Magnum con munición Factory de 300 grains.
Preferimos las puntas SWC de aleación de plomo y estas recargas garantizan penetración completa y una herida generalmente con orificio de salida, lo que garantiza un buen sangrado, aunque pueden ser peligrosas para los perros, si están del otro lado, por lo que hay que ser cuidadoso al disparar.
Si se va a cazar con revólver de a caballo los perros deben ser pocos, de buen olfato y buena aptitud para empacar al chancho y nada más, ya que perros tipo dogo no permitirán disparar sin riesgo de matar un can.
Las balas punta hueca a altas velocidades pueden fallar con el jabalí y no penetrar lo suficiente o hasta pueden rebotar en el cuero peludo del chancho empacado.
No hace falta más velocidad o más shock.
ADVERTENCIA:
En los antiguos revólveres 44 Special y 45 Colt como los Colt Single Action o los Colt New Service o viejos S&W doble acción como los Triple Lock se deberá usar solamente munición Factory de baja presión y velocidad.



El disparo de a caballo


Esta es una disciplina que requiere práctica y absoluto respeto a las reglas para su dominio con seguridad y buenos resultados.
Si se dispara por deporte, la primera consideración es para nuestro caballo.
Jamás se debe disparar por encima de la cabeza del caballo o en dirección a sus orejas, ya que al hacerlo, el caballo recibe todo el “blast“ u onda sonora directamente a sus oídos, y pronto resentirá esto con violencia, y ya no servirá para disparar desde la montura.
La manera correcta es volver el caballo hacia el costado de manera que el disparo se haga en un ángulo de 90º y de ser posible a 100º o más respecto de las orejas del animal.
Incluso cuando uno persigue un jabalí, guanaco, ciervo, liebre o choike a máxima velocidad, de ser posible, antes de disparar debería volver su caballo hacia la izquierda lo suficiente como para permitir un disparo en un ángulo apartado de sus orejas (esto para un tirador derecho), y de ser posible se debe evitar disparar cruzado hacia el lado izquierdo del caballo o lado de montar ya que el brazo armado quedará por encima del brazo que lleva las riendas y podría recibir un golpe ascendente al galopar en terreno desparejo; y pasar el brazo armado por debajo del brazo que lleva las riendas y por delante del estómago no es recomendable por razones de seguridad y porque el disparo en esa posición se hará por instinto y por cálculo sin una verdadera referencia como lo es la línea del brazo extendido y el cañón del arma y el guión o mira delantera.
Si uno alcanza al jabalí lo tendrá exactamente a su derecha y en ángulo de 90º respecto de las orejas del caballo pero en esa situación el jabalí podrá encarar a nuestro caballo y cortarlo en una pata, en la panza o hacerlo rodar y entonces estaremos en problemas, porque si rodamos por delante del jabalí, y suponiendo que no nos rompimos el cuello, nos pasará a buscar con sus colmillos y pronto estaremos con San Pedro.
Disparar un revólver o rifle en dirección paralela o cercana a las orejas del caballo hará que éste “esconda” la cabeza en plena carrera, pudiendo causar una rodada, y lo que es peor, ese caballo ya quedará siempre expectante y desconfiado ante cualquier movimiento sospechoso de los brazos y manos del jinete, ya que creerá que está por disparar y también cada vez que montándo ese caballo de pronto se levante un jabalí, ciervo, liebre o lo que sea en el campo, el caballo comenzará a “esconder” la cabeza en anticipación.
NOTA:
Preferimos los revólveres Doble Acción por ser los más seguros al no tener que amartillarlos con el pulgar y porque el mecanismo de doble acción nos ayuda a controlar y “apuntar” el arma al disparar de a caballo al galope, ya que a caballo no habrá posibilidad de alinear las miras como cuando uno esta parado sobre sus propios pies y asimismo, correr a todo galope en campo desparejo con un revólver Simple Acción amartillado conlleva una buena chance de que se escape un tiro, por lo que, en caso de usar un simple acción, hay que amartillar y disparar en el acto.
ADVERTENCIA:
Jamás disparar pistolones de cartucho de escopeta de a caballo.
Son peligrosos y poco confiables, son pesados y tienen mal balance y simplemente no sirven para el deportista y jinete tirador, todo lo cual no obsta para que la paisanada los use
habitualmente.
Jamás practicar el SPIN y otros juegos con revólveres cuando uno monta (y tampoco de a pie).
Cuando se guarda el arma en la funda, hay que asegurarse de que el arma esté dentro de esta y no soltar el revólver hasta sentirlo apoyado bien dentro de la funda ya que a caballo el ángulo y distancia del brazo a la funda cambia y podemos errar el enfunde.



Fundas para llevar el revólver a caballo


Nosotros hemos portado siempre nuestros revólveres y pistolas en fundas de Suela London hechas a mano en el campo, las cuales cortamos a medida del arma y hacemos que calcen como un guante, ajustadas, y para ello aceitamos la suela London con WD40 y a veces las estiramos en la zona del cañón del arma enfundándo en ella algún grueso cabo de maza, luego de cosida.
Estas fundas dejan el gatillo y su guarda y el martillo totalmente descubiertos.
La excepción ha sido con la pistola HAFDASA calibre.22, clon de la Colt y con la Colt 45, las cuales hemos portado en funda militar verde de Cordura y en una GALCO con el cierre Snap arriba del martillo, cierre al cual le hemos cosido un apéndice de suela del lado del cuerpo para poder apoyar más efectivamente el pulgar, para abrirlo y desenfundar en un solo movimiento sin andar buscando el cierre con el pulgar.
Los revólveres simple acción Bisonte calibre 357 Magnum, Vaquero 44 Magnum y Vaquero 45 Colt los hemos portado por años en fundas bajas sobre la cadera sujetas a un cinto lleno de loops para los cartuchos y en nuestro caso entraron hasta 38 cartuchos, lo que hacía muy pesado el cinto y molesto, ya que quita movilidad al estar apretado sobre la cadera, y esto se nota cuando hay que caminar en la montaña con el caballo de tiro.
Con los años, nos dimos cuenta de que es más práctico llevar el revólver en una funda exactamente igual pero prendida del cinto del pantalón, con lo cual queda más alta pero es más cómodo así y llevamos la munición en la maleta en la montura y una carga extra en un bolsillo.
Estas fundas son seguras y nunca se nos ha salido el revólver de la funda ni siquiera cuando han corcoveado los caballos.
Si se quiere desenfundar velozmente con estas fundas para revólver simple acción, hay que aceitarlas con WD 40 por dentro, ya que están diseñadas para sujetar el arma y la técnica de desenfundar y al mismo tiempo ir montando el martillo con el pulgar es una invitación al desastre con este tipo de funda.
En nuestra humilde opinión, hay pocas armas tan aptas para un desenfunde y disparo fulminante como el S&W Modelo 66 de 4” en una funda como el modelo diseñado por Bill Jordan, en la que el revólver queda con las cachas inclinadas hacia delante, como aparece en su libro “No Second Place Winner”, aunque ahora hay fundas de plástico duro abiertas adelante que podrían ahorrar unas diez centésimas de segundo (0,10 seg.), ya que con estas fundas la adherencia arma-funda es escasa y se evita el movimiento ascendente al desenfundar, ya que se desenfunda hacia delante, por la abertura frontal de la funda.
Nunca la hemos experimentado, pero hemos visto unos videos y lo haremos, aunque desde ya no es una funda para portar el arma en el trabajo o en el casco de la estancia.
NOTA:
Dependiéndo del sistema de sujeción de la funda al cinto, y del largo del cañón del arma, será necesario llevar las fundas bajas tipo cowboy siempre atadas a la pierna con unos tientos sujetos a la parte de abajo de la funda, tientos que pasan por dos orificios que practicamos en la suela, en la zona donde se encontraría la boca del cañón del arma.
Esto es para que el arma no salte ni se mueva al desenfundar o al galopar.
ADVERTENCIA:
Cuando se dejan los cartuchos en los loops en el cinto por mucho tiempo, el tanino o algún ácido del cuero aceitado reacciona con el metal de las vainas de los cartuchos formando una sustancia verde que carcome las vainas debilitándolas, adelgazándolas, y esto puede producir una ruptura durante el disparo o durante la recarga, al pasarlas por el die de redimensionamiento.



Manera de entrenar el caballo para el disparo





Durante años hemos criado caballos Cuarto de Milla línea deportiva o mestizados, y esta raza es más nerviosa y desconfiada que los fieles criollos por lo que esto nos obligó a desarrollar una
técnica de progreso lento y paso a paso que es válida para todas las razas, aunque los caballos criollos suelen ser mucho más tolerantes de los estampidos de las armas de fuego.
Nuestra técnica consiste en acostumbrar el caballo a los disparos atándolo a un árbol o a un poste de alambrado, y alejándonos a pie, comenzar una práctica de tiro con revólver a unos quince metros de él, observando sus reacciones, y se debe evitar todo movimiento violento o excitación relacionado con los disparos, para que el caballo no relacione ansiedad y excitación humana con estos.
De esta manera, el caballo se acostumbra al ruido y pierde el temor, ya que no sabe de qué se trata, pero observa que no es algo malo.
Se debe cuidar de que no haya en el lugar durante esta fase de entrenamiento, caballos nerviosos que ya tengan miedo de los disparos, ya que contagiarán el miedo y nerviosismo a los caballos que se quiere enseñar.
También hay que evitar los grupos humanos ruidosos y gesticulantes.
Gente bailoteando con armas, presumiendo y gritando luego de dar en el blanco son mala política tanto cerca de los caballos como en los clubes de tiro y deben evitarse como la plaga.






El disparo con armas de fuego es una actividad deportiva pero también marcial y hay que rodearla de cierta solemnidad y sólo así nos haremos respetar.
Quién despreciativamente se burle de esta recomendación nos perjudica, complota contra nuestros derechos, dando una mala impresión de nosotros mismos ante el público no tirador y los legisladores de Lista Sábana.
De la misma naturaleza son los escritos que imprudente y deliberadamente exponen y hasta exaltan la irresponsabilidad y temeridad de tiradores y cazadores, que parecen burlarse de las medidas de seguridad en esos relatos de caza, haciéndo bromas que resultan de mal gusto fuera del círculo privado, entorno y amistades del escritor, y que pueden ser usadas por nuestros enemigos, los desarmistas, en nuestra contra al servir de fundamento a más restricciones legislativas y acción anti-ciudadana parlamentaria y de organismos represivos.
La práctica mencionada para acostumbrar al caballo a los disparos debe hacerse, al principio, con revólveres de pequeño calibre y bajo ruido, como el .22 y el 38 Special, ya que comenzar con un Mágnum 44 sería estresante para el animal, que recibirá las ondas de choque hasta quince metros o más de distancia.
Una vez que el caballo ha asistido a varias prácticas de esta clase, entonces lo acercaremos a la línea de fuego, por así llamarla, y luego lo montaremos durante varias horas y cuando está cansado, luego de subir unas cuestas y bajarlas, por ejemplo, cruzaremos un arroyo y detendremos el caballo en el medio, preferentemente donde haya medio metro o más de agua.





Allí, sentándonos bien en la montura y sosteniendo las riendas cortas, desenfundaremos el revólver con suavidad, y dispararemos una vez contra un banco de arena, barranco o faldeo, en un ángulo alejado de las orejas del caballo.
Luego esperaremos unos instantes, ya que seguramente el animal no se asustó y sólo está intrigado.
Luego dispararemos de nuevo y esperaremos, hablándole y
haciéndolo caminar.
Dependiendo de su reacción, haremos dos disparos más y guardando el revólver, seguiremos nuestro camino.
Ese caballo ya estará listo.
Ya no encuentra peligro en el disparo y nuestra actitud calma y no excitada lo convence de que el ruido no está relacionado con nada malo.
En otras salidas, seguiremos disparando siempre con cuidado de no herir sus oídos.
NOTA: hay animales que no soportan el ruido y llegarán a revolcarse en el piso de miedo y desesperación desde la primera vez.
Con estos animales no conviene insistir.

ANÉCDOTA:
En una ocasión, intentamos acostumbrar una yegua mestiza que era muy nerviosa y la galopamos diez kilómetros.
Cuando estaba cansada, sin dejar de galopar, sacamos nuestro revólver y disparámos hacia un faldeo del lado del lazo (hacia nuestra derecha).
La yegua realizó una “esquivada“ violenta hacia el lado de montar (hacia la izquierda), escondió la cabeza y tropezó, rodándo ambos en el piso.
Siendo ágiles en esa época, alcanzamos a saltar por encima de su cuello y caímos parados con el cabestro en la mano izquierda y el revólver en la derecha pero la inercia nos llevó a tropezarnos con un monte (coirón) y caer.
La yegua, al incorporarse, otra vez tropezó hacia delante y pasó por arriba nuestro pisándonos la pierna derecha del lado interno, en la zona de los músculos aductores.
Pudimos sujetarla desde el piso (jamás se debe soltar el cabestro y hay que aferrarse a él con alma y vida), pero perdimos el revólver que luego tuvimos que recoger del piso, el cual, al pretender defender nuestro rostro de los cascos de la yegua, soltamos y dejámos caer.
Estaba lleno de tierra y pedregullo.
Este episodio ilustra acerca de lo que puede pasar al disparar de a caballo.
De haberse tratado de una pistola automática, dudo de que hubieramos podido colocarle el seguro con el pulgar mientras caíamos al piso con la yegua.
En este caso las consecuencias fueron una pierna dolorida durante diez días con un doloroso hematoma en forma de herradura en la cara interna del muslo.
De no haber usado gruesas chaparreras de cuero de descarne las cabezas de los clavos de la herradura nos hubieran producido cortes en la pierna y si hubiera habido una piedra debajo posiblemente nos la hubiera quebrado.


El lazo y el arma al cinto


Cuando uno trabaja en el campo con animales cada tanto se verá en la necesidad de enlazar una vaca para apartarla, curarle una llaga o infección, sacarle un hueso atravesado en la garganta, desenredarla de un alambre que lleva envuelto en una pata, etc. y si el jinete lleva el revólver del lado derecho en una funda en la cintura, entonces al enlazar la vaca, al ir largándo los rollos del lazo, éste, tenso como un alambre pasará muy cerca de la empuñadura del revolver (esto ocurre frecuentemente con monturas americanas, que sujetan el lazo del borren) y, si lo engancha, lo sacará de la funda y lo lanzará muy lejos, pudiendo también dispararlo.
Personalmente, cuando andamos a caballo en la cordillera preferimos no asegurar el revólver a la funda con un tientito de cuero o lo que sea, ya que hemos encontrado que al no estar acostumbrados, cuando precisamos el revólver en un apuro, no nos acordamos de desatarlo antes de desenfundar.
Lo recomendable es que antes de enlazar o realizar cualquier trabajo de a caballo que involucre cargar cosas por delante, etc. hay que guardar el revólver en las maletas o pasar la funda con el revólver del lado izquierdo de la cintura o “lado de montar“.


Regla de Oro de buenos modales


Mucha gente teme a las armas o simplemente no le agradan.
Es por eso que si el jinete porta un arma podrá hacerlo a la vista si es el guía de la expedición o está en su campo o zona donde vive.
Pero todo aquel que está de visita y porta un arma, deberá hacerlo de la manera más discreta posible, preferentemente oculta debajo de una campera.
Si el arma es grande y forzosamente queda a la vista, deberá pedir autorización al jefe de la expedición para llevarla a la vista.
Jamás se debe disparar un arma habiéndo gente a caballo cerca, algunos de los cuales podrán ofenderse, asustarse o simplemente considerar una imprudencia, falta de respeto y agresión el disparo hecho, y además sus caballos podrían asustarse, derribando a los jinetes, que podrían ser arrastrados si quedaran colgados del estribo al atascarse en éste su calzado.
Si hay necesidad de disparar, porque hay una alimaña o porque con el disparo hay que llamar la atención de alguien que se encuentra a un kilómetro de distancia, entonces hay que avisar a todo el mundo que uno va a disparar para que se preparen, se coloquen a cierta distancia y sujeten las riendas de sus caballos.
Jamás se debe manipular un arma cargándola o descargándola cerca de un grupo de gente o alineándo el cañon del arma en dirección a la gente o caballos.
Las reglas de etiqueta de la portación de armas incluyen discreción, humildad, modestia, mesura, prudencia y respeto en esta acción y el hombre armado retrocederá siempre sin sacar su arma ante cualquier ofensa o insulto de un idiota e incluso ante un golpe de puño, evitándo la pelea (a menos que Usted enfrente a un criminal, por supuesto)
Si Usted no está armado entonces está habilitado para romperse la cara con quien lo provoque injustificadamente.
Jamás el hombre o mujer armados deberán presumir de su condición de gente armada o andar mostrándo el arma a todo el mundo y menos realizar exhibiciones de tiro o desenfunde, a menos que uno sea un Bill Jordan y todo el mundo le pida que demuestre su técnica .
Recordemos: estar armado es un derecho natural y un derecho civil, pero abusar en cualquier forma de un arma o ser imprudente en su uso es un delito.
También debemos recordar que el ruido de los disparos, aunque el tirador esté lejos, altera la paz y tranquilidad de nuestros acompañantes y puede generar temor, stress y ansiedad en personas de nervios delicados.
NOTA: verificar la LEGISLACION en caso de desear portar armas en una expedición para evitar problemas con los políticos restriccionistas de Lista Sabana conseguidos con la IRRESPONSABILIDAD CIVICA y APATIA CIUDADANA.


Cowboy Mounted Shooting














NOTA: Fotografías tomadas de la Página Oficial de la Cowboy Mounted Shooting Association (CMSA)
http://www.cowboymountedshooting.com/



En USA los tiradores deportivos han desarrollado un deporte, el cual han reglamentado y que se denomina CMS y la Asociación que nuclea a estos tiradores-jinetes es la Cowboy Mounted Shooting Association (CMSA).
http://www.cowboymountedshooting.com/
Los participantes pasan al galope con sus caballos a lo largo de una hilera de postes de los cuales penden globos inflados, los cuáles deben impactar con disparos de munición de salva con sus armas tradicionales del oeste norteamericano y réplicas en los calibres originales y la prueba es cronometrada, de manera tal que no sólo hay que reventar los globos sino que hay que hacerlo lo más rápido posible.
Sólo se utiliza munición de fábrica CERTIFICADA, HOMOLOGADA, APROBADA e INSPECCIONADA por las autoridades antes de la prueba y recientemente, cuando le escribí a Frank D. Turben, Presidente de la Asociación, consultándolo acerca de recetas de recarga de cartuchos para este tipo de deporte, me contestó amablemente suministrándome la LISTA DE FABRICANTES DE MUNICION HOMOLOGADA.
NO ME DIO NINGUNA RECETA.
Es muy simple, los norteamericanos son serios y no arriesgan.
Desde ya mis razones para preguntar por recetas para recargar munición de salva que pueda reventar globos se centran en que aquí en Argentina no disponemos de ese tipo de munición ni que yo sepa se practica el deporte de reventar globos disparando de a caballo al galope mientras uno es cronometrado, lo cual es algo que hay que corregir, ya que debemos desarrollar este deporte en la Argentina.
Por supuesto que en Argentina hay gente que dispara todos los días de a caballo pero lo hace con munición viva y balas reales.
Este deporte en USA cuenta con una organización perfecta que inspecciona la munición antes de cada competencia, para evitar que accidentalmente (o sufriendo un atentado o sabotaje) alguien cargue su revólver con munición viva, pudiéndo herir al público presente.
En una próxima nota en MAGNUM hablaremos del rifle y el caballo.
¿No es tiempo de ir comprando un caballo para practicar este deporte?
¡Recordemos que donde se cabalga y se dispara no hay drogas!
¡Hasta la próxima!
Mis BLOGS:
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